martes, 2 de abril de 2013

Cpítulo 3 : El conjuro



-Aome, ya despierta. El sol ya ha salido hace rato- dijo Inuyasha corriendo el cabello de la cara de la joven
-Mmm…está bien…ahora me levanto- dijo Aome con un tono cansado- *Todavía no me acostumbro al horario de esta época*- pensó incorporándose para quedar sentada
-Bueno, iré a pescar. Mientras tanto levántate. Si no te veo en el árbol Sagrado dentro de un rato te vendré a buscar- dijo el hibrido saliendo de la cabaña
-*Creo que le tendré que hacer caso ya que siempre habla enserio*- suspiro poniéndose de pie- Y yo que pensaba dormir un poco más-
La joven se vistió con las ropas de sacerdotisa, tomo su arco y flechas y se encaminó asia el Árbol Sagrado. Cuando llegó, el hibrido todavía no se encontraba en ese lugar.
-Creo que tendré que esperar a Inuyasha- dijo la joven sentándose en unas de las raíces del árbol
-No te preocupes, yo seré tu entretenimiento- dijo una bella sacerdotisa saliendo del bosque
-¿¡Quién eres tú!?- grito Aome poniéndose de pie
-Podría decirse que soy tu peor pesadilla ¡JAJAJA!- dicho esto, la sacerdotisa se puso a recitar un hechizo en otro idioma
Aome cargo su arco con unas de las flechas dispuesta a disparar, cuando noto algo extraño: la sacerdotisa no tenía brillo en sus ojos.
-*Está siendo manipulada por algo o alguien. No puedo lastimarla, pero ¿Qué hare?*- pensó preocupada la joven –¿Por qué estás haciendo esto?- preguntó
-¡Tú has sido la causa de que la Perla desapareciera! Ya no podré hacer que mi amado ejercito de monstruos reviva, por eso, ¡Lo pagaras con tu vida!- grito una voz a espaldas de la sacerdotisa poseída
* ¡Ya se!, solo debo cargar toda mi energía espiritual en la flecha y lograr que solo acabe con el monstruo. Logro visualizar la estrella de cuatro puntas, esta es mi oportunidad* Muy bien, ¡lo lograré!- dijo Aome soltando la flecha sagrada
La flecha llego al pecho de la sacerdotisa pero desapareció antes de tocarla y reapareciendo en su espalda para continuar su rumbo directo a la cabeza del monstruo que anteriormente había atacado a Lin
Unos segundos antes de que la flecha purifique al monstruo, la sacerdotisa que estaba siendo manipulada pronuncio la última palabra de su embrujo, para luego cerrar los ojos y caer al piso.
En ese mismo momento, Aome se sintió muy mareada. Se empezó a tambalear sin sentir el piso y callo de rodillas.
-¡Aome!- grito Inuyasha que acababa de llegar
El hibrido tomo en brazos a su amada y acaricio tiernamente su rostro
-Aome, por favor, mantén abiertos los ojos. Aome, mírame, lo siento, siento no haber llegado antes- dijo el joven entre sollozos, sin saber que hacer
-Inu…ya…sha- dijo Aome con pocas fuerza intentando mantener los ojos abiertos
-Todo estará bien, no te preocupes. Iremos a la aldea y la Anciana Kaede te ayudara, pero mantente despierta- dijo Inuyasha dejando entre ver una lagrima de impotencia
-No…quédate a mi…lado- dijo Aome sintiendo que le faltaba el aire
Antes de que sus últimas energías la abandonasen, sintió los calientes labios de Inuyasha sobre los suyos, como también sus tibias lágrimas rodar por sus mejillas
-Te…amo…- fue lo último que alcanzó a pronunciar antes de que todo quedase oscuro
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-¡Aome! Ya despierta, necesito que me ayudes con unas tareas de la casa- grito una voz muy familiar en el piso de abajo.
La joven abrió los ojos un poco sobresaltada- ¿Dónde…estoy?- pregunto un poco confundida.
En ese momento alguien toco la puerta de su cuarto.
-¿Hermana? Mama te llama, dice que la tienes que ayudar en algo.
-¿Sota? ¿Eres tú?- preguntó la joven, sentándose en la cama y abriendo mucho los ojos, sin poder creerlo
-¿Quién más esperabas que sea? Ya déjate de tonterías y levántate- dijo el joven dispuesto a cerrar la puerta para marcharse
-¡Sota!- gritó Aome saltando de la cama y corriendo hacia Sota, para luego abrazarlo
-¿Qué te sucede hermana? ¿Tienes fiebre?- preguntó el joven apartándose un poco de la joven para tocarle la frente
- ¡Claro que no! Solo te echaba mucho de menos. ¿Y mamá? ¿Está en casa?- preguntó eufórica
-S-si…-dijo Sota tartamudeando
Luego Aome salió corriendo escaleras abajo
Cuando llegó a la cocina, abrazó a su madre que hace tanto tiempo no veía, al igual que su abuelo y su gato Buyo. Pero todos la miraron como si estuviera loca.
El resto de la tarde fue muy confusa para Aome, ya que, a pesar de que preguntaba por Inuyasha, todos afirmaban que no conocían a ningún chico con ese nombre.
Cada día que pasaba, Aome se sentía más confusa. No entendía como había vuelto a la época actual, junto a su familia.
Todas las tardes se sentaba junto al Árbol Sagrado para pensar en lo que pasaba pero nunca llegaba a alguna buena conclusión. Tambien iba a donde se encontraba el Pozo Sagrado, pero nunca podía bajar las escaleras sin que un dolor la terminara haciendo caer de rodillas.
-*No sé qué está pasando. Estoy segura que todo lo que viví con Inuyasha no fue un simple sueño*- pensó la joven poniéndose de pie junto al Árbol.
-Por más que haya sido un sueño, te extraño mucho Inuyasha- dijo Aome acariciando el tronco del Árbol
En ese mismo instante recordó a la sacerdotisa y al monstruo que le habían echado un maleficio y retiró la mano del Árbol, para salir corriendo en dirección a donde se encontraba el Pozo. Abrió las puertas y se quedó mirando hacia el oscuro fondo del templo.
-Todo esto debe ser un terrible sueño. Inuyasha no es un personaje de mi fantasía- dijo la joven poniendo un pie en el primer escalón. Al mismo tiempo sintió como un dolor agudo le recorría todo el cuerpo, pero no le importo en absoluto, estaba dispuesta a llegar al lado del Pozo- Inuyasha, espera, pronto estaré junto a ti-
Sentía como si mil agujas se le inyectaran en la piel pero solo una cosa la hacía continuar: la imagen de los ojos de Inuyasha en su cabeza.
Cuando hizo el último esfuerzo de llegar junto al pozo, una lagrima cayo por su mejilla debido al dolor físico y el agotamiento que sentía.
-No me rendiré, ¡nunca lo haré hasta llegar a tí!- gritó logrando tocar el pozo.
En ese momento  todo el dolor desapareció pero aun así cayó de rodillas.
-Inuyasha, ya estoy cerca. Solo un poco…más…- pronuncio poniéndose de pie y deslizándose dentro del Pozo.
Todo a su alrededor se  oscureció y Aome cerró los ojos para combatir la oscuridad. Pero cuando los abrió no se encontraba, ni mucho menos, cerca del Pozo Sagrado, sino que estaba tendida en una cama en la cabaña de la Anciana Kaede.
-¡Aome, ya has abierto los ojos!- dijo muy feliz la Anciana
-¿E Inuyahsa?- pregunto preocupada Aome al no notar su presencia
-Él se encuentra afuera, si quieres le digo que ya has despertado-
Aome iba a contestar, pero en ese momento una gatita de dos colas entro en la cabaña.
-¿Kirara?- dijo, en cambio, Aome un poco confundida
-No, Inuyasha te contara la historia luego, ahora duerme un poco más- dijo la Anciana obligando a Aome a recostarse nuevamente
-Está bien, pero despiértame cuando venga Inuyasha- dijo Aome cerrando los ojos y quedándose dormida
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Cuando Aome volvió a abrir los ojos ya no se encontraba en la casa de la Anciana Kaede, sino que estaba acostada en su cama, junto a Inuyasha.
-Por fin has abierto los ojos, Aome. Ya me estaba preocupando por ti- dijo Inuyasha acariciando tiernamente la cara de la joven.
-Inuyasha, te extrañe mucho- dijo Aome mientras una lagrima de felicidad rodaba por su cara.
-No llores tonta, ya todo ha pasado- dijo el joven besándola tiernamente
-Inuyasha…-Aome iba a decir algo, pero divisó a una gatita acostada a su lado- ¿Por qué hay una gatita de dos colas aquí? ¿Acaso es…?-
-No, no es Kirara. Te la da un hombre que pasaba por aquí para que te recuperes. En realidad no me la dieron a mí, sino que se la dejaron a un aldeano para que me la dieran. Estuvo todo el tiempo que dormías junto a ti- dijo Inuyasha incorporándose- Ahora iré a buscarte algo para que comas, debes estar hambrienta. Tú puedes quedarte acostada, pero mañana te llevare a tomar algo de aire fresco-
-Está bien, gracias por todo Inuyasha- el hibrido hizo una especie de asentimiento y luego salio de la cabaña
Aome giró en la cama para quedar frente a la gatita que dormía profundamente.
-Así que eres una nueva amiga- dijo extendiendo la mano para acariciarla, pero se detuvo al notar una presencia maligna saliendo de ese pequeño cuerpo.
Pero en cuanto la toco esa energía desapareció al ser purificada y un pequeño cristal negro salio del cuerpo de la gatita y se rompió en mil pedazos
-Qué extraño, pero al menos ya te encuentras bien ¿no?- dijo Aome hablando con la gatita- me recuerdas mucho a Kuroro, creo que te llamarás así, ¿qué te parece?
La pequeña gatita le respondió con una especie de maúllo y luego se acomodó a su lado.
-Ahora podríamos dormir hasta que vuelva Inuyasha con esa comida- luego Aome abrazó a Kuroro y se quedó dormida.

Capítulo 2 : El extraño monstruo



-*Ya es de noche e Inuyasha no ha regresado…¿y si cuando vuelva no tendré el valor de decírselo?. Tal vez deba hacerlo frente al Árbol Sagrado, así puede que tenga más valor…*¡Sí! Eso es lo que haré- dijo Aome poniéndose de pie y dejando la cabaña que Inuyasha había construido para que ellos pudieran vivir juntos.
Aome corrió hasta donde se encontraba el Árbol Sagrado y noto que un joven híbrido estaba sentado en las raíces del árbol meditando.
-¡Inuyasha! Conque estabas aquí- dijo Aome haciendo que el hibrido abriera los ojos sorprendido
-Aome, ¿Qué haces aquí?- dijo Inuyasha poniéndose de pie.
-Yo…solo buscaba un lugar donde poder hablar contigo…pero nunca crei que estarías aquí. ¿Por qué no volviste a la aldea?
-Solo estaba pensando en cómo poder decirte algo…pero por alguna razón este es mi lugar favorito para pensar. ¿Qué querías decirme?-
-No…dime tu primero de que querías hablar, Inuyasha- dijo Aome un poco preocupada.
-Bueno…creo que ya sabes que los monstruos no pueden envejecer, que viven por muchos años, como en el caso de Sesshomaru…-dijo Inuyasha dudando
-Sí, eso ya lo sabía… ¿pero por qué estas contándome esto Inuyasha?-
-Emmm…bueno…esa ley también está sujeta a los híbridos- dijo el joven mirando el piso
-…-Aome se quedó cayada
-¿Aome? Yo…no puedo envejecer…-
-De eso quería hablarte-dijo la joven- yo ya no puedo envejecer-
-Pero… ¿Cómo?- dijo Inuyasha sorprendido
-Puede que sin querer haya pedido un deseo al último resplandor de la Perla de Shikon- hizo una pausa pensando que el hibrido iba a decir algo, pero como no lo hizo continuo- “ahora, lo único que deseo es permanecer al lado de mi amado Inuyasha, para siempre”- dicho esto Aome se ruborizo por su confesión
-¿Enserio hiciste eso pensando en mí, Aome?- dijo Inuyasha después de una larga pausa
-Bueno…si, pero lo hice sin pensar en que mi deseo…- dijo Aome muy rápido tratando de encontrar una excusa creyendo que lo que había hecho había molestado al joven- Enserio no sé si estaba pensando en…-
Inuyasha la interrumpió agarrándola de la muñeca y atrayéndola hacia él, al mismo tiempo que la estrechaba en un abrazo
-No tienes que explicarte. Me gusta que hayas pedido ese deseo inconscientemente para estar conmigo, ya que yo también quiero permanecer a tu lado toda mi vida- dijo susurrándole en el oído. Luego se separó de ella un poco pero lo suficiente como para mirarla a los ojos-  Te amo, Aome- y luego la beso y ella le correspondió.
-Me alegra saber que tú también me quieres Inuyasha, yo también te amo- dijo Aome permaneciendo en los brazos de su amado hibrido.
-Creo que ahora si podemos ir regresando- dijo Inuyasha, pero aun así, sin dar por finalizado su abrazo
-Sí, ya estoy lista para ir- ambos se separaron e Inuyasha tomo la mano de Aome para volver.
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*Mientras tanto en la aldea*
-*Ya pasaron diez días y el Señor Sesshomaru no vino a visitarme*- dijo una pequeña niña suspirando
-¡Anciana Kaede! Saldré a dar una vuelta-
-Bueno, pero no regreses muy tarde y no te alejes mucho de la aldea Lin- dijo la Anciana pero la niña ya se había ido de la cabaña
-*Espero que no espere mucho para volver…¿Cuántos años más debo esperar para tomar mi decisión de vivir o no con los humanos? Aunque de todas formas sé que eligiria vivir con Él*- dijo Lin suspirando
-Flash Back-
-Señor Sesshomaru, ¿cuándo podré volver a su lado?- dijo Lin mirando al demonio que se encontraba sentado a su lado.
-Ya te he dicho que dentro de unos años te dejare elegir si venir con migo o quedarte con los humano, Lin. Mientras tanto vivirás con ellos- respondió Sesshomaru
-Lo sé, ¿pero cuánto falta para eso?-
-Lin, solo son unos pocos años, recuerda que eso para un demonio no es tanto tiempo-
-Pero para una humana si…-dijo la niña para sus adentros
-Solo tienes doce años. El tiempo pasa muy rápido. Cuando seas mayor podrás permanecer a mi lado-
-Lo sé- dijo Lin un poco triste
-Haremos un trato…seguirás viviendo con los humanos durante unos tres años más, luego te dejare tomar tu decisión- dijo el Gran Demonio dada por terminada la conversación y poniéndose de pie- Ahora me tengo que ir. Volveré dentro de una semana para verte- Luego se marchó volando.
-Fin del Flash Back-
-Solo tengo que esperar por tres años, cuando cumpla dieciséis por fin podré permanecer siempre a su lado-
-¿Siempre a su lado? Recuerda que solo eres una insignificante humana y tu vida no es nada comparada a la de los demonios-dijo una figura saliendo detrás de unas plantas.
-¿Quién eres tú?- dijo la niña un poco asustada y ofendida por el comentario
-Soy una sacerdotisa que puede cumplir tu deseo de vivir para siempre, luego tu tendrás que decidir si vivir con él o no- dijo la sacerdotisa
-¡Yo no necesito la ayuda de un extraño! Confío que el Señor Sesshomaru encontrara la solución para eso- dijo Lin antes de salir corriendo hacia la aldea
-¡Pequeña estúpida!- grito un demonio saliendo detrás de la sacerdotisa para perseguir a la niña.
Lin corrió desesperada rogando que el Gran Demonio la salvara de ese terrible monstruo, pero tropezó y cayo.
El monstruo se abalanzó hacia la niña levantándola con unos de sus brazos. En ese momento unas garras destrozaron el brazo del monstruo.
-¿Señor Sesshomaru?- dijo Lin abriendo los ojos
-¿Sesshomaru? ¡Kje! Claro que no soy ese estúpido Demonio- dijo un joven tomándola en brazos
-¿Inuyasha?-
-Pues sí, ¿quién más voy a ser? .Bien…ahora ¿en dónde está ese maldito monstruo?- pregunto el hibrido, pero el monstruo ya se había ido- qué más da…volvamos a la aldea
-Gracias…Inuyasha…-dijo Lin antes de quedarce dormida
Cuando llegaron a la aldea, Aome y la Anciana Kaede los esperaban preocupadas.
-Inuyasha, ¿Qué paso?- pregunto Aome al ver a la niña en brazos del hibrido
-Casi la ataca un monstruo, pero se encuentra bien. Solo que no he podido acabar completamente con el monstruo-
-¿Tienes alguna idea de a donde se fue?- pregunto la Anciana
-Creo que se adentró en el bosque. No estoy seguro de si volverá a aparecer- respondió Inuyasha
-Donde…estoy…-dijo Lin abriendo los ojos
-Tranquila Lin, ya estas a salvo- dijo Aome tomándola en brazos- Ahora te llevare a tu cabaña para que puedas seguir descansando- dicho esto Aome se fue
-¿Crees que ese monstruo vuelva a aparecer, Inuyasha?- pregunto Kaede
-No lo sé, pero vamos a tener que tener cuidado con los aldeanos. Prohibeles que vallan al bosque
-Mañana les daré la noticia. Pero ahora me voy a ver como se encuentra Lin y después voy a descansar un poco. Tú también deberías hacerlo Inuyasha-
-¡Kje! Mi cuerpo es más resistente que el de los humanos. En cambio, tú debes reponer más energías porque ya estás muy anciana- dijo el joven en un tono burlón
-¡ABAJO!- dijo Aome que lo había oído cuando volvía haciendo que Inuyasha cayera al piso
-Gracias Aome. Yo ya me voy dormir. Que tengan buenas noches-
-Igualmente Anciana Kaede- dijo la joven para luego mirar a Inuyasha que seguía tendido en el suelo
-Mal…di..ción- dijo el hibrido con dificultad y luego se puso de pie- ¿Por qué lo has hecho, Aome?-
-Porque no le debes hablar asi a los mayores. Ahora yo también me iré a dormir. Mañana tendremos tiempo de buscar a ese monstruo- dijo la joven y luego empezó a caminar en dirección de su cabaña- ¿Vienes, Inuyasha?
-Ya he dicho que no necesito descansar tanto como los humanos- dijo joven todavía ofendido
-Lo se…solo quería que me hicieras compañía…pero haz lo que quieras- dijo Aome y siguió caminando
-Entonces iré contigo Aome- dijo Inuyasha corriendo para alcanzar a Aome y luego tomar su mano
-Gracias Inuyasha- dijo Aome haciendo que el hibrido se ruborizara levemente
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-¡Esa estúpida niña! Iba a ser el cebo perfecto para atraer a la sacerdotisa que destruyo la perla- dijo una voz escondida en el bosque
-¿Qué quieres que haga por ti, mi señor?- dijo una voz femenina
-Mañana atraerás a la sacerdotisa al bosque para luego vengarme- dijo un monstruo que ahora salía de las sombras- Mas tarde nos ocuparemos del hibrido-
-Muy bien, como usted lo desee, mi señor- dijo una sacerdotisa siguiendo los pasos del monstruo
-Pronto, esa muchacha habrá lamentado lo que hizo. ¡JAJAJA!-

Capítulo 1 : Una nueva historia



-*Desde que derrotamos a Naraku, mi vida ha sido tranquila al igual que la de todos mis amigos. Y aunque ya no puedo volver a la época actual, en donde nací, me siento muy a gusto aquí junto con Miroku, Sango, Shippo, la pequeña Lin y la Anciana Kaede*-
-Bueno…ya es la hora de que regrese a la aldea- dijo una joven poniéndose de pie.
Luego de hacer unos pasos, se encontró con un viejo pozo llenos de enredaderas.
-Aquí es donde todo comenzó- dijo la muchacha acariciando la gastada madera y sonriendo.
-*A veces los extraño, Mama, Abuelo, Sota y Buyo. Pero creo que es mejor así ahora que yo…*-
 Luego retiro la mano y se encamino hacia la aldea que ahora era su hogar.
-*…ya no puedo envejecer*-
A unos cuantos pasos se alzaba un enorme y majestuoso árbol milenario.
-El Árbol Sagrado. Aquí es donde te conocí- dijo la joven acariciando una cicatriz que se encontraba en el tronco-
-Flash Back-
-Desaparece Perla de Shikon. ¡Para siempre!- Exclamo la joven.
-*Ahora lo único que deseo es permanecer al lado de mi amado Inuyasha, para siempre*- Peso abrazándose a un joven hibrido.

-Fin del Flash Back-
-*desde ese momento yo ya no envejezco, de alguna forma el ultimo resplandor de la Perla de Shikon concedió mi deseo, permitiéndome permanecer por el resto de la eternidad junto a mi amado Inuyasha*-
-Aome…- pronuncio una voz masculina a sus espaldas- ¿Por qué no has vuelto a la aldea?. Ya me estaba preocupando por ti-
-Lo se…Solo estaba recordando, Inuyasha- dijo Aome para luego retirar la mano del árbol y darse vuelta para mirar a su amado.
-Tú también aprecias mucho a este Árbol, ¿no es así, Aome?- Dijo el joven poniéndose en marcha
-Claro que sí, aquí es donde te conocí Inuyasha, es por eso que me gusta pasar mucho tiempo junto a él- dijo la joven apoyando su cabeza en el hombro del hibrido haciendo que este se ruborizara levemente.
-Bueno…sube a mi espalda, si no se nos hará muy tarde- Dijo Inuyasha al mismo tiempo que cargaba a Aome y empezaba a correr hacia la aldea que ahora era el hogar de ambos.
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-Bueno, hemos llegado- dijo Inuyasha bajando a Aome.
-¡Bienvenidos!- exclamó una pequeña niña.
-Buenos días, Lin- dijo Aome mientras le daba un beso en la mejilla a la niña- ¿Sabes donde se encuentra la Anciana Kaede?
-Sí, está subiendo esas escaleras- dijo Lin señalando unas escaleras que subían a un templo.
-¿Para qué quieres hablar con ella, Aome?- preguntó Inuyasha con curiosidad.
-Solo…necesito hablar con ella-
-¿Quieres que te acompañe?-
-No, no es necesario. No es nada importante-
-Está bien- Inuyasha dio media vuelta dispuesto a marcharse enojado.
-No te enojes Inuyasha- dijo Aome tomando la mano del hibrido-Enserio, no es nada importante, no tienes por qué preocuparte- dicho esto lo beso tiernamente.
-Bueno, yo debo irme. Hasta luego- dijo Lin marchándose.
Aome e Inuyasha interrumpieron su beso avergonzados. Luego el hibrido se alejó rápidamente sin decir una palabra.
-*Siempre reacciona así cuando lo beso*-pensó Aome sonriendo.
La joven subió las escaleras donde encontró a La Anciana poniendo flores en una tumba.
-Esa es la tumba de…*todavía no entiendo por qué me enojo cuando pienso en ella…Al menos pudo encontrar la paz e irse sin ningún rencor…No, no siento odio hacia ella, solo me entristece que Inuyasha nunca podrá olvidar a su querida Kikyo…*-
-Oh…Aoeme, no me había dado cuenta que estabas allí parada. ¿Necesitabas algo?- preguntó Kaede mirando preocupada a Aome-
-Yo solo quería hablar con usted- dijo la joven alejándose de sus pensamientos.
-¿De qué querías hablarme, Aome?-
-Bueno…yo…solo quería hablarle sobre la Perla de Shikon-
-¿Sobre la Perla?. Pero la Perla ha desaparecido hace un año. ¿Por qué vienes con eso ahora?-
-Antes que nada…creo que usted ya ha notado que yo ya…no puedo envejecer- La Anciana abrió los ojos como platos
-Sí, ya lo había notado…pero supuse que era porque esta no era tu época y el tiempo estaba parado para ti aquí. ¿Qué tiene eso que ver con la Perla de Shikon?-
-Estoy segura de que fue por el último resplandor de la Perla. Podría decirse que accidentalmente pedí…un deseo cuando la perla estaba destruyéndose-
-¿Y en qué consistía ese deseo?- pregunto intrigada Kaede
-En este momento eso no es lo que importa- dijo Aome negada a contestar- Solo es que Inuyasha no sabe nada de todo esto y por eso yo buscaba su ayuda para poder decírselo-
-Oh…así que es eso lo que necesitabas. Bueno, yo creo que tu no podrás recibir la ayuda de nadie para explicarle algo tan valioso como eso a Inuyasha, solo deberás confiar en que él te ama lo suficiente como para confiar en ti… ¿no crees eso?-
-Si…creo que tiene toda la razón Anciana Kaede. Iré hoy mismo a hablar con Inuyasha sobre eso- dijo la joven dando media vuelta para luego correr por las escaleras- ¡Gracias por su ayuda!- gritó mientras se alejaba.